La ruta continúa cruzando el característico paisaje agrario de Menorca, formado por áreas de cultivo, tierras de pasto y zonas de matorral mediterráneo. Cuando el camino se acerca de nuevo al litoral, llegamos al Pou d’en Caldes, uno de los puntos de la costa menorquina donde se da una mayor concentración de plantas endémicas. Al dejar atrás esta cala, el camino regresa hacia el interior. En este tramo podremos observar vistosas formaciones rocosas como la de Es Capell de Ferro, cubierta por una densa capa de vegetación. Más adelante, el camino nos obsequiará con la aparición de un nuevo ecosistema. Se trata de la importante zona húmeda del Port d’Addaia, donde podremos admirar la vegetación acuática y de saladar que esta establecida en la zona de las salinas de Mongofra. Esta interesante zona de alto nivel ecológico es un buen punto para la observación de aves. La etapa termina con un tramo asfaltado de 3,5 km que conecta la urbanización de Addaia con la de Arenal d’en Castell.
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