Poblado prehistórico que perduró hasta el final de la época romana y del que se conservan la taula, un talayot, algunas cuevas artificiales excavadas en el subsuelo rocoso y unas sepulturas excavadas en la roca, probablemente de época altomedieval. La principal singularidad del yacimiento talayótico de Torre Trencada, al que se puede llegar a través de un camino que parte de la carretera general Maó - Ciutadella de Menorca, a la altura del kilómetro 9, es una de sus taulas que, aunque no haya conservado el entorno propio de santuario, dispone de una segunda pilastra vertical que asegura su estabilidad. En la zona se pueden observar también enterramientos excavados en el suelo, pequeñas cuevas y un talaiot.
Se trata de una gruta natural abierta en el acantilado oriental d'Es barranc de Binigaus. Su techo se eleva hasta los 24 metros de altura, con 110 metros de longitud y 15 de anchura, como una enorme catedral natural. Sus dimensiones realmente hacen que la figura humana resulte insignificante en su interior. Las palomas torcaces dieron nombre a esta catedral de las profundidades. Desde antiguo los menorquines la han utilizado para capturar a estos curiosos pájaros. También destacan las importantes poblaciones de murciélagos, que junto con los musgos y líquenes que cubren las paredes, ofrecen este aspecto tan misterioso a la gruta. En este lugar apareció un objeto votivo de la época prehistórica. Un cuerno de toro, símbolo totémico que nos recuerda el culto a la fertilidad representado en la antigüedad por la vaca. No resulta extraño que los primeros pobladores de Menorca escogieran esta cavidad natural como lugar sagrado, Los prehistóricos adoraban las energías tectónicas, las fuerzas subterráneas de la tierra, cuyo máximo exponente eran las cuevas. La caverna representaba una doble simbología, la fecundidad del útero materno y la gruta como metáfora del viaje al más allá. La tradición dice que el destino se ata o desata misteriosamente al entrar en Sa Cova d'es Coloms. Si dos personas penetran a la vez en esta cueva, pronto se separaran una de otra. Por el contrario, si el azar reúne en ella a dos personas desconocidas, nunca se separarán. De Sa Cova d'es Coloms, puede creerse casi todo: que el solsticio de primavera el sol penetra con sus rayos hasta lo más profundo de la gruta, que haya sido la mítica cueva de la ninfa Calipso, desde la cual Ulises suspiraba por su lejana Itaca, que fuera morada de gigantes'La imaginación y la características de este lugar aceptan cualquier hipótesis. Como llegar: Desde Es Migjorn Gran, tomar la carretera que conduce hasta la playa de San Adeodato. Del mismo lugar en que finaliza la carretera, en cuyo lado izquierdo se encuentra Es Pou d'es Captiu, se puede llegar hasta la playa. Tomando un sendero que la bordea, se camina hacia nuestra derecha 'mirando el mar- y se llega a la desembocadura D'es Barranc de Binigaus Vell. Nos internamos por el barranco y tras pasar delante de un pozo, el valle se abrirá lentamente ante nosotros. Tomando siempre la dirección de la izquierda, el camino asciende hasta divisar la blanca silueta de la casa de Binigaus, tras unos pasos más y llegamos a la cueva. De todos modos es conveniente consultar con las de Oficinas de Información Turística su disponibilidad.
Platja des Tancats está a 11 kilómetros de Ciutadella, situada entre Platja des Bot y Punta ses Fontanelles. Las playas de es Bot y es Tancats conforman Cala Algaiarens. Esta costa forma parte del impresionante paisaje montañoso de la Vall (3.125 hectáreas), acogiendo la Falconera (colina de 207 metros de altitud), bosques frondosos de pinos, monte bajo, tierras de cultivo, lagunas, sistemas dunares, acantilados espectaculares y playas vírgenes. Este tramo costero e interior de Tramuntana de Menorca está catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves por la Unión Europea y Àrea Natural d'Especial Interès por el Parlament de les Illes Balears. Este entrante de mar aislado se caracteriza por tener forma rectangular, unas dimensiones grandes, vegetación en sus inmediaciones, un talud de arena, una exposición a los vientos de componente noreste-norte-noroeste, una brisa ligera, un mar tranquilo, una pendiente normal y una afluencia alta de bañistas locales. Las condiciones marinas y subacuáticas son óptimas para el fondeo de embarcaciones, siempre y cuando se eviten los rompientes peligrosos localizados frente a su orilla. Esta rada se encuentra resguardada de los vientos del segundo y tercer cuadrante, y presenta bastante profundidad para calar. Aun así, se recomienda que la costa norte de Menorca sólo se navegue los días de mar en calma, puesto que es difícil hallar refugios seguros contra el viento fuerte que azota habitualmente este litoral. El acceso por carretera es sencillo siguiendo la señalización viaria y desvíos. Se abonará peaje por estacionar el vehículo particular por sus alrededores. Si la playa dispone de vigilancia está obligado a seguir las instrucciones de los socorristas y la señalización de las banderas. La bandera roja indica baño peligroso e implica la prohibición de bañarse. La bandera amarilla indica precaución, pero se permite el baño. La bandera verde indica baño permitido. La bandera naranja se usa para indicar que el socorrista se encuentra ausente. Si la playa no dispone de vigilancia o el servicio no se encuentra operativo, sea prudente y disfrute de la playa evitando correr riesgos innecesarios. Las ordenanzas municipales prohíben el acceso a las playas de los animales de compañía por razones de seguridad e higiene. Principales datos técnicos Tipo de acceso: 440 metros Tipo de acceso: Para peatones - Para vehículos - Para barcos Anchura media: 40 metros Acceso minusválido: No Grado de ocupación: Alto Zona de fondeo: No
En Alaior se elaboran quesos con denominación de origen Mahón. Esta población, tradicionalmente agrícola y ganadera, se dedica en la actualidad a la industria y al sector servicios. Los trabajos artesanos también son una fuente local de ingresos, en concreto la fabricación de calzado artesano El rico patrimonio monumental de Alaior está representado por sus edificios religiosos: la iglesia de Santa Eulalia, la de Sant Diego, la ermita de San Pedro y la Capilla de Gracia. Otras interesantes construcciones son las casas consistoriales y la escuela des Ramal. El municipio posee bellas playas, como la de Son Bou.
Ciudadela de Menorca se caracteriza también por sus angostas calles, con nombres curiosos como Qui no passà ('Que no pasó') o Ses Voltes ('Las Arcadas') que empiezan en la Plaça de ses Palmeres ('Plaza de las Palmeras' o de Alfonso III) y terminan en la Catedral de Ciutadella, más allá, en dirección al Ayuntamiento está la Plaça des Born. Todavía se conservan restos de la ocupación árabe y de la reconquista que tuvo lugar a finales del siglo XIII cuando Alfonso III expulsó los árabes y mandó a fortificar la cuidad. Se construyeron diversos palacetes, iglesias y conventos dentro de las murallas de Ciutadella.
Maó se extiende a orillas de uno de los mejores y más extensos puertos naturales del Mar Mediterráneo. La capital de Menorca conserva en sus calles, de profundo sabor mediterráneo, un conjunto de iglesias, nobles edificios y palacios. Pero Mahón es también testigo de las huellas dejadas por las diversas culturas que la poblaron a lo largo de su historia. Así, en los alrededores de la ciudad pueden visitarse yacimientos como el de Trepucó, donde se conserva una de las mejores muestras del arte prehistórico de la isla. Otro de los atractivos de la capital es, además de las numerosas calas vecinas, su ubicación junto al Parque Natural de S’Albufera des Grau, I’lla d’en Colomi i el Cap de Favàritx, uno de los ecosistemas más importantes de Baleares. Cuenta la tradición que Mahón fue fundada por el general cartaginés Magón, hermano de Aníbal. No obstante, lo que sí es seguro es que tanto el actual enclave de la ciudad como el resto de la isla de Menorca han estado poblados, a lo largo de su historia, por distintas civilizaciones. Ya en el 2000 a. C. existían asentamientos humanos en la isla, que han legado un importante patrimonio arqueológico, como los talayots (monumento megalítico con forma de torre) y las navetas (construcción funeraria en forma de nave invertida). Bajo dominio del Imperio Romano, a partir del año 123 a. C., el enclave comenzó a cobrar una gran importancia estratégica, de tal forma que en el 73-74 d. C. el emperador Vespasiano declaró municipio a la colonia de Mago (actual Mahón). Con la llegada de los árabes, la ciudad se convertiría en un destacado puerto mercantil del Mediterráneo, hasta que el rey cristiano Alfonso III conquistara la isla en 1287. Siglos después, en el XVIII, la ciudad recobraría su esplendor tras convertirse en la capital administrativa durante la soberanía británica de la isla. La ciudad En las calles que configuran el casco antiguo de Mahón puede contemplarse un buen número de casas burguesas y edificios históricos, especialmente en torno a las plazas de Colón, Sant Francesc, Conquesta o Miranda. Una de ellas, la céntrica plaza de España, reúne importantes monumentos. La iglesia de Santa María, de estilo gótico, fue construida en el siglo XIII y posteriormente remodelada en el XVIII. En el exterior del templo, el mayor de toda la isla, se alza un esbelto campanario, mientras que en su interior se puede admirar un órgano que data del siglo XIX y que destaca por la calidad de su sonido. Junto a la iglesia se alza el Ayuntamiento, edificio conocido también como Sa Sala. De estilo renacentista, la fachada consistorial se encuentra presidida por el reloj que el primer gobernador británico, Richard Kane, trajo a la isla. Entre las dependencias interiores, merece especial atención el salón de plenos, en el que aparecen retratos de los hijos ilustres de la ciudad. La iglesia del Carmen, ubicada en la plaza del mismo nombre, es otro de los edificios religiosos más emblemáticos de Mahón. Este templo fue levantado en el siglo XVIII en estilo neoclásico y alberga en su interior un bello claustro barroco. La ciudad cuenta, asimismo, con espacios aptos para el paseo. El peatonal Carrer Nou se encuentra jalonado por numerosos comercios de artesanía local. Más abajo, los más de 5 kilómetros de puerto natural ofrecen una amplia zona de esparcimiento, con abundantes restaurantes, bares y terrazas. En los alrededores del puerto es posible visitar las destilerías de gin mallorquín (bebida aromatizada con bayas de enebro), que siguen el método tradicional de elaboración inglés. Los museos de Mahón La iglesia de Sant Francesc, antiguo convento franciscano de Jesús (ss. XVII-XVIII), es la actual sede del Museo de Menorca. A través de sus diferentes salas, es posible acercarse a la historia y las costumbres del pueblo menorquín. De gran importancia en la vida cultural de Mahón es el Ateneo Científico, Literario y Artístico, que alberga interesantes colecciones de cartografía, fósiles y cerámicas. En la parte sur de la bahía se puede visitar el Museo Militar, que ocupa el antiguo polvorín del castillo de San Felipe. La exposición se centra, principalmente, en la historia de las fortalezas de San Felipe y La Mola. Alrededores y gastronomía En los alrededores de Mahón se encuentran algunos de los yacimientos prehistóricos más importantes de la isla. Pocos kilómetros al sur de la capital se puede visitar Trepucó, un primitivo poblado que conserva una de las mejores taulas (monumento megalítico en forma de T) de las Islas Baleares. Otras opciones pasan por acercarse a Torelló, donde se encuentra la basílica paleocristiana de Es Fornàs de Torelló, o bien al asentamiento de Talatí de Dalt, con taula y varios talayots. La costa menorquina cuenta con importantes complejos turísticos. En la costa de Sant Lluís, al sur de Mahón, se encuentra Binibèquer Vell. Su construcción sigue los cánones de la arquitectura tradicional isleña y posee playas como las de Binidalí y Binisafúa. Recorriendo el litoral sur, aparecen otros enclaves costeros como Cala En Porter y Cala Galdana. En el interior de la isla, merece la pena acercarse a Alaior. De su casco antiguo sobresale la iglesia de Santa Eulàlia y la iglesia de San Diego, ambas del siglo XVII. Pero la localidad es también conocida por sus monumentos prehistóricos, como la tumba megalítica de Roques Llises o la Torre den Gaumes. La costa oriental de Menorca alberga la principal zona húmeda de la isla, el Parque Natural de S’Albufera des Grau, I’lla d’en Colomi i el Cap de Favàritx. El centro del parque lo constituye una laguna costera de escasa profundidad que se convierte en un perfecto observatorio de aves marinas. El insólito entorno natural y cultural que ofrece la isla, unido a un desarrollo socioeconómico sostenible, permitieron en 1993 la declaración de Menorca como Reserva de la Biosfera. La gastronomía menorquina tiene en la mahonesa su salsa más internacional, elaborada a base de huevo, aceite y ajo. Algunos de los platos más típicos de la isla tienen sus ingredientes principales en el mar, como la caldereta de langosta y el perol de sèpia al forn. De postre, puede saborearse un queso con Denominación de Origen Mahón.
Merece al menos una pequeña porción de nuestro preciado tiempo de vacaciones. Sólo así se entiende la importancia que Maó tuvo en el eje comercial del Mare Nostrum y que hoy aún perdura gracias a las aceptables comunicaciones marítimas con la vecina Mallorca y la Península Ibérica. De planta rectangular, la pescadería municipal fue construida en las primeras décadas del siglo XX gracias a la obra del arquitecto local Francesc Femeninas. Productos de gran calidad pueblan los espacios de un emplazamiento que destila el ambiente popular que caracteriza a la capital de Llevant.
Maó - es Grau Este primer recorrido se inicia en la parte final del puerto de Maó y se dirige por carretera hacia el pequeño núcleo urbano de Sa Mesquida, donde podemos destacar la torre de defensa construida durante la dominación británica en el siglo XVIII. Desde este punto, observaremos la fuerte influencia que el viento y la sal tienen en el paisaje. La tramontana deja su huella en la vegetación del litoral, como muestra los socarrells, arbustos endémicos de la isla con formas semiesféricas y de ramificaciones fuertes y espinosas, esta morfología es debida a las condiciones ambientales extremas a las que están sometidos. A medida que avanzamos por el camino, aparecen calas de gran riqueza natural como el macar (guijarral) de Binillautí, que tiene una pequeña zona húmeda asociada. La parte final se adentra por tierras de cultivo que junto a los acebuches forman el paisaje tan característico de las explotaciones agrarias de Menorca, els llocs. Este tramo del camino finaliza al inicio de la playa des Grau, justo en su parte posterior encontramos el Parque Natural de S’Albufera des Grau, zona núcleo de la reserva de Biosfera. Características Distancia: 10,00 Dificultad: Moderada
Mirador cañón Vickers Este mirador se encuentra cerca de la Punta de s’Esperó , el punto más oriental de la isla de Menorca, y a lo alto de un acantilado de 80 metros de altura. El lugar ofrece una bellísima panorámica que abarca desde La Isla del Aire hasta el faro de Favaritx. Aquí se encuentran los impresionantes cañones Vickers de 381mm, artillados en La Mola entre 1935 y 1936 y que dominan la entrada del puerto de Mahón por la costa norte. Fortalesa de Isabel II, la mola fue construida entre los años 1850 y 1875 después de que el puerto de Mahón se convirtiera en la encrucijada de las rutas marítimas británica y francesa, La Fortaleza de Isabel II es uno de los mayores ejemplos de arquitectura militar del siglo XIX. La visita a la Mola combina el paseo por los frentes defensivos con túneles subterráneos que sirvieron de almacenes de munición y de pólvora, y el placer de estar en un entorno natural privilegiado Recomendaciones ◦ Recomendamos el uso de calzado y ropa cómoda en su visita a La Mola. ◦ Por motivos de seguridad, no está permitido salir del recorrido establecido, ni acceder a los edificios en mal estado. ◦ Rogamos el máximo respeto al patrimonio histórico y natural que conserva la península de La Mola. ◦ Los niños menores de edad o las personas que no dispongan de autonomía legal suficiente, deberán estar en todo momento acompañados de un adulto responsable Precios entrada Adultos: 8,00 € Grupos (20 pax): 6,40 € Entrada especial: 5,50 € Entrada reducida: 4.00 € Menores 6 años: Gratis
Desde el mirador del hornabeque tenemos una de las mejores panorámicas del Puerto de Mahón. Desde aquí podemos ver las ruinas del Castillo de San Felipe, la isla del Lazareto y la punta de Sant Felipet, y las torres defensivas Stuart, al otro lado del puerto, Teulera y Princesa en la Península de La Mola. Con emplazamiento para 54 cañones el hornabeque podía defender un ataque terrestre y un ataque marítimo. Fortalesa de Isabel II, la mola fue construida entre los años 1850 y 1875 después de que el puerto de Mahón se convirtiera en la encrucijada de las rutas marítimas británica y francesa, La Fortaleza de Isabel II es uno de los mayores ejemplos de arquitectura militar del siglo XIX. La visita a la Mola combina el paseo por los frentes defensivos con túneles subterráneos que sirvieron de almacenes de munición y de pólvora, y el placer de estar en un entorno natural privilegiado. Recomendaciones ◦ Recomendamos el uso de calzado y ropa cómoda en su visita a La Mola. ◦ Por motivos de seguridad, no está permitido salir del recorrido establecido, ni acceder a los edificios en mal estado. ◦ Rogamos el máximo respeto al patrimonio histórico y natural que conserva la península de La Mola. ◦ Los niños menores de edad o las personas que no dispongan de autonomía legal suficiente, deberán estar en todo momento acompañados de un adulto responsable. Precios entrada Adultos: 8,00 € Grupos (20 pax): 6,40 € Entrada especial: 5,50 € Entrada reducida: 4.00 € Menores 6 años: Gratis
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