Fantástica casa burguesa de Mahón, excelente trabajo de restauración y espacio idóneo para las exposiciones!
El actual Museo de Menorca es el antiguo convento franciscano de Jesús del s. XVII-XVIII. En sus salas se explica la historia de Menorca a través de sus vestigios materiales. El Museo de Menorca es la institución museística más importante de la isla. En sus salas se explica la historia de Menorca a través de sus vestigios materiales. La actual sede del Museo de Menorca es el antiguo convento franciscano de Jesús, un edificio de estilo barroco construido entre finales del siglo XVII y principios del XIX. En el año 1835, a consecuencia de la desamortización de Mendizábal, los frailes dejaron el edificio y desde entonces ha tenido diferentes funciones hasta que, finalmente, se convirtió en la sede del Museo de Menorca. El fondo del Museo está formado por materiales de Menorca procedentes de antiguas colecciones, de excavaciones y de depósitos y donaciones, tanto de particulares como de diversas entidades. En la planta baja, rodeando el claustro, se encuentran las salas de exposiciones temporales y el salón de actos. La exposición permanente ocupa los pisos primero y segundo, abiertos al público desde el año 1998. Antes de visitar estas salas se puede ver un audiovisual que muestra un breve recorrido por la historia de la isla.
Se puede seguir el Camí de Cavalls, que llega desde Son Xoriguer a la Cala Parejals. La playa es pequeña y se suelen acumular restos de algas. No tiene arena
Tranquilidad y armonía en el centro de Menorca En el centro de Menorca se halla Es Mercadal. Situado al pie del Monte Toro, el punto más alto de la isla, vale la pena acercarse hasta el santuario de la Virgen del Toro, patrona de los menorquines. Sorprende por sus casitas blancas y calles tranquilas, y por edificios como la iglesia renacentista de San Martín, un aljibe del siglo XVIII, o el Ecomuseo de Cap de Cavallería , un museo al aire libre con bellas vistas. Las fiestas de San Martín, en el mes de julio, llenan Es Mercadal de alegría y tradición, con el espectacular "jaleo" (los caballos bailan al son de la música). Asimismo, destacan sus dulces elaborados a partir de antiguas recetas, como los amargos y las crespellines.
En el puerto de Ciutadella, a finales del siglo XVII, y en el periodo español, antes de la ocupación inglesa de la isla, fue construido el Castell de Sant Nicolau para defender la entrada al mismo. En el puerto de Ciutadella actualmente existen dos torres de defensa costeras: El Castell de Sant Nicolau en el puerto y que defendía la entrada al mismo, y el Castell de Sa Caleta. El primero es de época anterior al resto de torres de defensa construidas en el siglo XVIII, y fue construido poco después de modernizarse las murallas de Ciutadella. En el año 1756 desembarcaron los franceses y atravesaron toda la isla para sitiar el Castillo de San Felipe, por lo que no podía descuidarse la defensa se su puerto. En época de los ingleses fue reforzado con la construcción del Castellar de Sa Caleta, un fondeadero cercano al puerto. El Castell de Sant Nicolau es una torre donde su único acceso al interior es por una puerta rectangular con decoraciones de estilo barroco y figuras en bajorrelieves que representaban el escudo de la corona de Aragón y otros escudos a ambos lados, más pequeños, atribuidos a la Universidad General de Menorca y al gobernador de la isla cuando la torre fue construida. Tiene una escalera de caracol cerca de la puerta de entrada que facilita el acceso al piso superior y sigue hasta la cima de una pequeña torre, que tenía funciones de atalaya, posiblemente para mantener la comunicación visual con las atalayas de Artruix y Bajolí. El Castell dispone de una fosa perimetral de ocho metros de amplitud y de más de dos metros de profundidad, con un puente levadizo delante de la puerta. Actualmente el Castell de Sant Nicolau tiene las puertas abiertas al público para que pueda ser visitado en temporada turística, y se pueden concertar visitas en grupos durante el invierno dirigiéndose a su actual propietario, el Ayuntamiento de Ciutadella de Menorca.
Cala Pudent está a 11 de Fornells (enclavado frente a un puerto natural espectacular de cuatro kilómetros tierra adentro) y a uno en dirección a la Mola de Fornells, situada entre na Tortuga y es Niu des Xiprès. Su topónimo se refiere a los malos olores que desprenden el lodo y el cieno característico de este tramo de litoral Esta playa de tamaño reducido (50 metros de longitud) es el resultado de un entrante de mar estrecho y profundo. Esta manga de mar al tocar tierra firme se divide en dos brazos, alumbrando dos calas diminutas y resguardadas. Este rincón costero sólo es apreciado por los pescadores de caña y no es apta para bañistas. Las condiciones marinas y subacuáticas son óptimas para el fondeo de embarcaciones de dimensiones pequeñas. Este tramo de costa es un buen puerto para las barcas, aunque tiene como enemigo los vientos de componente noroeste y este. Se aconseja al navegante que amarre en el cabo noroeste de la cala, enfrente de la playa. También se puede realizar esta maniobra con excelentes resultados al fondo de la cala o junto a un lugar llamado es Varador d’en Xeca. El acceso por carretera es sencillo hasta el cercano s’Arenal de Son Saura siguiendo la señalización viaria y los desvíos. El último tramo está sin asfaltar. Se recomienda evitar la circulación por la dunas para aparcar el vehículo particular lo más cercano del agua. Desde Son Saura se bordeará la costa hasta llegar a Cala Pudent.
Cala Fustam está a ocho kilómetros, situada entre las puntos de sa Mioca y de Sant Antoni. Forma parte de Àrea Natural d'Especial Interès que abarca desde Cala Mitjana hasta Binigaus. El tramo de litoral perteneciente al término municipal de es Migjorn Gran posee acantilados de hasta 40 metros sobre el nivel del mar, con mangas de mar que dan lugar a calas aisladas, vírgenes y bellas. Un entrante de mar en forma de cuarto de círculo ha originado esta playa que se caracteriza por tener dimensiones diminutas; cantiles de cierta altura que la flanquean, cubiertos de un bosque espeso de pinos que llega hasta primera línea de costa; un talud de fina arena blanca; exposición a los vientos del sureste-sur-suroeste; una brisa ligera; un agua tranquila y cristalina, así como afluencia baja de bañistas locales y turistas. Las condiciones marinas y subacuáticas son óptimas para el fondeo de embarcaciones, siempre y cuando no soplen masas de aire procedentes del sur, puesto que provocan un oleaje fuerte al ser una rada muy abierta. El acceso por carretera se realizará hasta Cala Mitjana de manera sencilla siguiendo la señalización viaria y los desvíos. De aquí parte un camino señalizado que, caminando 40 minutos, planta al visitante en Cala Trebalúger. A continuación, se deberá continuar a pie otros 40 minutos hasta arribar definitivamente a Cala Fustam, y siguiendo la misma senda se llega a la vecina Cala Escorxada. También es habitual que muchas personas disfruten de esta rincón costero arribando por mar. La información ofrecida acerca de esta playa puede haber cambiado. Para confirmar los datos o consultar cambios o novedades, por favor contacte con la oficina de turismo que a continuación se indica: Oficina de Información Turística - Menorca Principales datos técnicos Tipo de acceso: 5425 metros Tipo de acceso: Para peatones - Para vehículos - Para barcos Anchura media: 10 metros Acceso minusválido: No Grado de ocupación: Bajo Zona de fondeo: No
agua muy limpia, muy tranquila y se fácil acceso
Esta llena de piedras y casi sin arena. Es una lastima. El año pasado era idilica pero el mar se la ha comido
Poblado Talayótico (finales del II milenio – I milenio aC) El poblado de Son Catlar era el más extenso de la parte occidental de la isla y, junto con los de Torre d'en Galmés y Trepucó, un asentamiento que podríamos calificar de preurbano. Su extensión es de unas 3,5 ha. Son Catlar destaca sobre todo por la gran muralla ciclópea, formada por grandes piedras, alguna de las cuales tiene unas proporciones gigantescas. Con más de 800 metros de perímetro, es la mayor de las murallas talayóticas baleares. La muralla tenía diversas puertas, de las que se conserva una que da acceso a la parte oriental del recinto, parcialmente excavada hasta llegar al nivel original. En el sector Este de la muralla se observan diversos bastiones adosados, construidos con una técnica diferente, con bloques mucho más pequeños y regulares; seguramente se trata de añadidos de época tardía, quizás de los siglos V-III aC. El sector septentrional de la muralla presenta otra originalidad, ya que tiene diversas casamatas en su interior. El poblado permanece sin excavar, pero en su interior se pueden observar restos de tres talayots, una sala hipóstila, restos de numerosas casas talayóticas enmascaradas por la vegetación y, sobre todo, un gran recinto de taula. Este recinto fue objeto de una excavación parcial tras la Guerra Civil, realizada con unos medios y metodología muy precarios. La piedra soporte de la taula está rota, pero era de grandes dimensiones. El recinto y la pilastra lateral exenta se conservan en relativo buen estado. Fuera de la muralla, al Oeste del poblado, hay un pequeño hipogeo de época pretalayótica. Estos hipogeos eran cuevas subterráneas de enterramiento y se localizan sobre todo en la mitad occidental de la isla. El poblado de Son Catlar continuó utilizándose como zona de hábitat durante la época romana, como ponen de manifiesto los hallazgos de fragmentos de cerámica en superficie, e incluso durante la época islámica. Ahora bien, parece ser que durante estos periodos sólo se utilizaba una pequeña parte del yacimiento. Cómo llegar: Está situado a unos 8 km de Ciutadella, por la carretera de Son Saura.
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