A pocos kilómetros de Mahón se encuentra Es Castell, población surgida a partir del arrabal formado extramuros del gran castillo de San Felipe que Carlos V hizo construir para proteger la entrada al puerto de la que hoy es capital de Menorca. Por su proximidad a Mahón, Es Castell adquirió peso e identidad británicas incluso con la fortaleza derruida. La huella de los ingleses, por tanto, resulta aquí también indeleble. El pasado bélico todavía se recuerda en muchas de las construcciones erigidas en la localidad, como por ejemplo el Museo Militar o el cercano Fuerte de Marlborough, dos puntos de interés histórico e imprescindible visita. Como resulta igualmente recomendable por su majestuosidad y sus dimensiones la plaza de Armas donde hoy se encuentra la sede del Ayuntamiento, con ese color rojizo tan característico y distintivo del legado británico. En tu recorrido por las calles y callejuelas de Es Castell, fíjate en los detalles de la arquitectura de sus edificios como las ventanas de guillotina, con dos vidrieras que suben y bajan, y en los balcones cerrados con cristales, los boinders, que toman el nombre del inglés a partir de las palabras blow window. Es Castell se ubica en la ribera sur del puerto de Mahón y posee a su vez un pequeño muelle que recibe el nombre de Cales Fonts en el que hoy en día se concentra la mayor oferta de restauración y ocio de esta localidad. La población no sólo representa el punto más oriental de la isla sino incluso el de todo el territorio español, por lo que no desaproveches la ocasión para disfrutar de sus espectaculares amaneceres con vistas al mar.
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