Poblado magnífico, con la mejor taula de Menorca. Visita obligada
Es uno de los mejores yacimientos arqueológicos megalíticos de Menorca por su enorme talaiot y la buena conservación de su taula. A unos dos kilómetros de Maó en dirección a Sant Lluís se ubica el poblado talayótico de Trepucó que, excavado por la arqueóloga inglesa Margaret Murray en 1931, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. Este poblado talayótico posee una superficie de unos 5000 m2 que originalmente estaba amurallada pero que ahora solo conserva algunos fragmentos de esta muralla y dos torres cuadradas de defensa en el muro oeste. Por los hallazgos de los arqueólogos se sabe que existieron al menos siete talaiots, de los cuales hoy se conservan dos. El talaiot central que es uno de los más grandes de Menorca y es de los de tipo macizo, con un ventano en la parte superior. Alrededor de este talaiot hay una construcción en forma de estrella que fue levantada en el siglo XVIII por las milicias francesas cuando querían tomar Maó de manos de los ingleses. Adosado a la muralla esta el segundo talaiot, más pequeño pero bien conservado. A la izquierda del poblado nos encontramos con la magnifica taula que fue reconstruida a principios de los años 70 del siglo XX y se le añadió un refuerzo en la parte posterior para evitar su caída. La visita al Poblado de Trepucó es gratuita.
Poblado prehistórico que perduró hasta el final de la época romana y del que se conservan la taula, un talayot, algunas cuevas artificiales excavadas en el subsuelo rocoso y unas sepulturas excavadas en la roca, probablemente de época altomedieval. La principal singularidad del yacimiento talayótico de Torre Trencada, al que se puede llegar a través de un camino que parte de la carretera general Maó - Ciutadella de Menorca, a la altura del kilómetro 9, es una de sus taulas que, aunque no haya conservado el entorno propio de santuario, dispone de una segunda pilastra vertical que asegura su estabilidad. En la zona se pueden observar también enterramientos excavados en el suelo, pequeñas cuevas y un talaiot.
Ciudadela de Menorca se caracteriza también por sus angostas calles, con nombres curiosos como Qui no passà ('Que no pasó') o Ses Voltes ('Las Arcadas') que empiezan en la Plaça de ses Palmeres ('Plaza de las Palmeras' o de Alfonso III) y terminan en la Catedral de Ciutadella, más allá, en dirección al Ayuntamiento está la Plaça des Born. Todavía se conservan restos de la ocupación árabe y de la reconquista que tuvo lugar a finales del siglo XIII cuando Alfonso III expulsó los árabes y mandó a fortificar la cuidad. Se construyeron diversos palacetes, iglesias y conventos dentro de las murallas de Ciutadella.
Merece al menos una pequeña porción de nuestro preciado tiempo de vacaciones. Sólo así se entiende la importancia que Maó tuvo en el eje comercial del Mare Nostrum y que hoy aún perdura gracias a las aceptables comunicaciones marítimas con la vecina Mallorca y la Península Ibérica. De planta rectangular, la pescadería municipal fue construida en las primeras décadas del siglo XX gracias a la obra del arquitecto local Francesc Femeninas. Productos de gran calidad pueblan los espacios de un emplazamiento que destila el ambiente popular que caracteriza a la capital de Llevant.
Un lugar maravilloso para visitar
Este osario colectivo de 4.000 años de antigüedad permitirá obtener nuevos datos sobre la sociedad y la cultura pretalayótica de la isla de Menorca En las inmediaciones de la batería militar de Son Olivaret, en Ciutadella, en un punto de maravillosas panorámicas, se encuentra el sepulcro prehistórico de Son Olivaret, un yacimiento desconocido e intacto descubierto por el equipo de arqueólogos del Museu de Menorca en el año 2004. Se trata de un osario colectivo utilizado entre el 2.300 y el 900 a.C. y cuyo recinto estaba cubierto por losas de piedra. Su estructura esta formada por un doble muro con forma ovalada y tiene una entrada orientada al suroeste, un corredor y una cámara interior donde se encuentran la mayor parte de los restos humanos y de cerámica. Gracias a las excavaciones realizadas en el último año, se han recuperado unos seiscientos fragmentos entre cerámica y huesos que podrían corresponder a más de 50 individuos, entre adultos y niños. Destaca el hallazgo de una docena de vasos cerámicos, unos pocos botones de hueso de forma triangular, cuentas, un colgante y una aguja de bronce y hasta una piedra para lanzar con la honda. Los restos se están estudiando en el Museu de Menorca y en breve se expondrán en el Museu Municipal de Ciutadella.
Emblemático poblado de la prehistoria menorquina por su peculiar taula y sus variados monumentos. Por la carretera de Ciutadella a Maó, a tan sólo cuatro kilómetros de esta última, nos encontramos con el poblado de Talatí de Dalt, un yacimiento talaiótico que conserva algunos de sus monumentos más importantes como el talaiot central, el santuario con la taula, diversas salas con columnas cubiertas de piedra y cuevas naturales. El poblado se encuentra delimitado por una muralla de piedra en seco y en su punto más alto destaca el talaiot central,que tenía la función de vigilancia y control del territorio, y el santuario, con una espectacular taula que tiene la pilastra del recinto apoyada en ella. Este santuario se construyó entre los siglos VI y IV a.C. y se utilizó para celebrar rituales y ofrendas que propiciasen la fertilidad de la tierra y del ganado. Gracias a las diferentes excavaciones llevadas a cabo por Amics del Museu de Menorca y Arqueomenorca, se cree que en el poblado llegaron a habitar alrededor de un centenar de personas en el momento de su máxima expansión hacia el siglo III a.C.
Poblado con viviendas de planta circular y algunas cuevas, así como el habitual talaiot de grandes dimensiones en las inmediaciones de Ciutadella. Resguardado por un maravilloso bosque de encinas, entre el camino viejo de Maó y la carretera general, encontramos el poblado de Torre Llafuda que cuenta con restos de viviendas de planta circular, cuevas, una muralla, un talaiot y una gran taula de más de tres metros de altura. Al llegar al poblado, que data del Talayótico III (800-450 a.c.) nos encontramos primero con una serie de losas grandes, dispuestas verticalmente en arco que forman parte del antiguo recinto de entrada. Justo enfrente encontramos el talaiot que debía de ser hueco ya que su parte superior se encuentra semihundida. Si entramos en el encinar, dejando el talaiot a nuestra mano derecha, veremos el santuario desde su parte trasera en el que destaca una gran taula de tres metros y medio (es la segunda más gruesa después de la de Trepucó). Se trata en realidad de la pilastra en forma de taula que, al igual que ocurre en la mayoría de los santuarios menorquines, está perfectamente caracterizada. Se encuentra siempre adosada a la pared del santuario, ligeramente por detrás del monumento central. Más información: Arqueobalear
Restos de un gran castillo de origen romano, pero con torres moras. En él, los musulmanes entregaron la isla Rey Alfonso III de Aragón en 1287. La mayor parte de las ruinas que se conservan corresponden al antiguo trazado musulmán, época de mayor esplendor de la fortaleza. Los restos más antiguos son las dos torres de planta circular del Castellet, de los siglos X y XI. Este edificio, junto al llamado casa d'Armes (de armas) y un recinto central en la cima, constituían los tres espacios principales de la fortaleza.
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