En el puerto de Ciutadella, a finales del siglo XVII, y en el periodo español, antes de la ocupación inglesa de la isla, fue construido el Castell de Sant Nicolau para defender la entrada al mismo. En el puerto de Ciutadella actualmente existen dos torres de defensa costeras: El Castell de Sant Nicolau en el puerto y que defendía la entrada al mismo, y el Castell de Sa Caleta. El primero es de época anterior al resto de torres de defensa construidas en el siglo XVIII, y fue construido poco después de modernizarse las murallas de Ciutadella. En el año 1756 desembarcaron los franceses y atravesaron toda la isla para sitiar el Castillo de San Felipe, por lo que no podía descuidarse la defensa se su puerto. En época de los ingleses fue reforzado con la construcción del Castellar de Sa Caleta, un fondeadero cercano al puerto. El Castell de Sant Nicolau es una torre donde su único acceso al interior es por una puerta rectangular con decoraciones de estilo barroco y figuras en bajorrelieves que representaban el escudo de la corona de Aragón y otros escudos a ambos lados, más pequeños, atribuidos a la Universidad General de Menorca y al gobernador de la isla cuando la torre fue construida. Tiene una escalera de caracol cerca de la puerta de entrada que facilita el acceso al piso superior y sigue hasta la cima de una pequeña torre, que tenía funciones de atalaya, posiblemente para mantener la comunicación visual con las atalayas de Artruix y Bajolí. El Castell dispone de una fosa perimetral de ocho metros de amplitud y de más de dos metros de profundidad, con un puente levadizo delante de la puerta. Actualmente el Castell de Sant Nicolau tiene las puertas abiertas al público para que pueda ser visitado en temporada turística, y se pueden concertar visitas en grupos durante el invierno dirigiéndose a su actual propietario, el Ayuntamiento de Ciutadella de Menorca.
Poblado Talayótico (finales del II milenio – I milenio aC) El poblado de Son Catlar era el más extenso de la parte occidental de la isla y, junto con los de Torre d'en Galmés y Trepucó, un asentamiento que podríamos calificar de preurbano. Su extensión es de unas 3,5 ha. Son Catlar destaca sobre todo por la gran muralla ciclópea, formada por grandes piedras, alguna de las cuales tiene unas proporciones gigantescas. Con más de 800 metros de perímetro, es la mayor de las murallas talayóticas baleares. La muralla tenía diversas puertas, de las que se conserva una que da acceso a la parte oriental del recinto, parcialmente excavada hasta llegar al nivel original. En el sector Este de la muralla se observan diversos bastiones adosados, construidos con una técnica diferente, con bloques mucho más pequeños y regulares; seguramente se trata de añadidos de época tardía, quizás de los siglos V-III aC. El sector septentrional de la muralla presenta otra originalidad, ya que tiene diversas casamatas en su interior. El poblado permanece sin excavar, pero en su interior se pueden observar restos de tres talayots, una sala hipóstila, restos de numerosas casas talayóticas enmascaradas por la vegetación y, sobre todo, un gran recinto de taula. Este recinto fue objeto de una excavación parcial tras la Guerra Civil, realizada con unos medios y metodología muy precarios. La piedra soporte de la taula está rota, pero era de grandes dimensiones. El recinto y la pilastra lateral exenta se conservan en relativo buen estado. Fuera de la muralla, al Oeste del poblado, hay un pequeño hipogeo de época pretalayótica. Estos hipogeos eran cuevas subterráneas de enterramiento y se localizan sobre todo en la mitad occidental de la isla. El poblado de Son Catlar continuó utilizándose como zona de hábitat durante la época romana, como ponen de manifiesto los hallazgos de fragmentos de cerámica en superficie, e incluso durante la época islámica. Ahora bien, parece ser que durante estos periodos sólo se utilizaba una pequeña parte del yacimiento. Cómo llegar: Está situado a unos 8 km de Ciutadella, por la carretera de Son Saura.
Fortificación construida por los británicos entre 1710 y 1726. Debe su nombre a Sir John Churchill, Duque de Marlborough, el mismo que dio nombre a la canción infantil Mambrú. Mimetizada con el paisaje, gran parte de la fortificación está excavada en la roca. Tiene tres fortificaciones: el Castillo de Sant Felip (antiguos fosos), el Fuerte Marlborough y la Torre Stuart (Torre d'en Penjat), desde donde antiguamente se ejecutaba a los hombres. El municipio de Es Castell debe su nombre al Castillo de Sant Felip. La visita, muy interesante, es un viaje a la Menorca de la dominación británica.
Uno de los espacios urbanos más característicos de Ciutadella de Menorca es, sin duda, la calle conocida como Ses Voltes, por sus soportales con arcos. Va desde la plaza de la Catedral hasta la Plaça Nova. El primer tramo, que sólo tiene arcos a un lado, es un espacio irregular que, sin los edificios que hay entre esta calle y la de San Sebastián, formaba antiguamente la Plaça Vella; en esta parte de la calle hay, sobre una columna de hormigón, la pequeña escultura de un carnero de bronce, del artista local residente en Madrid Matías Quetglas. El segundo tramo tiene arcos a ambos lados; a media calle, a la derecha hay una farmacia, hoy cerrada, con fachada y decoración modernista.
La plaza del Mercat es la única muestra de la arquitectura de hierro del XIX que se ha conservado hasta hoy en Menorca. El Mercat des Peix edificio histórico levantado a mediados del siglo XIX.el Mercat des Peix, Rehabilitado el 2011 Los porches en forma de U sin ninguna ornamentación, generan una plaza abierta orientada a poniente . Años después, en 1895, se construyó la estructura metálica central para proteger los mostradores para la venta de pescado y la pieza lineal adosada al Seminario que alberga las carnicerías, ambas de una gran transparencia visual. La cubierta de los dos elementos ligeros se realizó con tejas vidriadas de colores verde y ocre, siguiendo las pautas utilizadas en edificios similares fuera de la isla. 1868-1869, Ramón Cavaller Gelabert
Destaca la naveta conocida como la Cova del Moro, declarada monumento histórico artístico en 1931. El poblado prehistórico de Son Mercer de Baix se encuentra situado en la parte occidental de la isla, saliendo de Ferreries hacia es Migjorn Gran. Para llegar, se toma el primer camino que a mano derecha yendo hacia esta última población. Son 25 minutos de camino de tierra, después del cual se llega a una pequeña explanada que domina el barranco de Son Fideu. Este poblado, que fue habitado durante el periodo pretalayótico (2500-1800 a.C.) y el talayótico (1600-123 a.C.), está formado por dos navetas principales en forma de herradura y otras estructuras complementarias rectangulares. Una de ellas un pequeño taller de fundición de cobre, lo que hace pensar en una aldea con dos unidades de unos treinta metros cuadrados de superficie cada una de ellas. Incluso estaba cerrado con una muralla defensiva. Además, es muy conocido por la singularidad de uno de sus monumentos: la Cova des Moro, una naveta de habitación con tres columnas de piedra que sujetan la cubierta otorgando majestuosidad a la construcción. Esta naveta, una de las construcciones clásicas de la arqueología menorquina, fue declarada monumento histórico artístico en 1931. Las excavaciones efectuadas en este poblado han descubierto lingotes de bronce y crisoles de tierra refractaria para fundir metal y nos informan de que sus habitantes se dedicaban al pastoreo y a la recolección.
Estas construcciones surgen como respuesta a la preocupación que tenían los habitantes del momento de proteger los espíritus de sus difuntos. Las navetas funerarias des Rafal Rubí son monumentos exclusivos de Menorca que servían como grandes panteones colectivos. Están construidas con técnica ciclópea: grandes losas en la parte inferior que forman una pared ligeramente convexa y con un ábside en la parte superior. Tienen una entrada con un dintel formado por grandes piedras, que representan el paso del mundo de los vivos al de los muertos. La primera naveta que encontramos a la derecha es la septentrional. Tiene su parte superior derruida y destaca su losa perforada de entrada que está muy bien tallada. La segunda naveta, denominada meridional, está muy bien conservada: se puede contemplar su forma absidal y su entrada hecha con un dintel monolítico. En su interior tiene dos pisos en los que se depositaban los enterramientos. Ambas navetas se construyeron en el periodo de transición entre el pretalayótico y el talayótico, en la segunda mitad del II milenio A.C. y se siguieron usando durante toda la era talayótica. Cómo llegar: saliendo por la carretera de Maó a Ciutadella, poco antes del Km. 7 vemos una indicación a la derecha que nos señala el monumento de las Navetas des Rafal Rubí. Nos desviamos por este camino y pocos metros a la izquierda vemos las dos navetas
Baluarte perteneciente al recinto amurallado de Ciudadela levantado a lo largo del siglo XVII, sobre la antigua muralla medieval construida después de la conquista de 1287 y que quedó en muy mal estado después del saqueo turco de 1558. El bastión de Sa Font se termina de construir en 1692 para proteger el portal del mismo nombre, que será demolido en 1889. Desde sus orígenes, sus espacios interiores se destinan a almacén del diezmo. Una vez perdida su finalidad militar, en el año 1881 pasa a ser de propiedad municipal y en 1902 es alquilado para alojar una fábrica de alumbrado por acetileno. Hasta 1986 se usa de depósito para el suministro de agua corriente. El mes de mayo de 1995, tras ser restaurado, se inaugura como sede del Museo Municipal de Ciudadela de Menorca.
Las rutas de acceso estás cerradas, no se puede llegar en carro
La iglesia parroquial de Sant Antoni Abat es uno de los edificios más importantes del pueblo de Fornells. Esta edificación, que se terminó de construir alrededor de 1780, sigue la tónica de otras iglesias parroquiales de la Isla de Menorca caracterizadas por una construcción muy sencilla y austera de aire clásico y de una sola nave con capillas laterales. Durante las fiestas patronales de Fornells, que tienen lugar a finales del mes de julio, la Iglesia de Sant Antoni Abat se convierte en uno de los núcleos centrales de la celebración, donde tienen lugar una mezcla de signos religiosos y civiles.
¡Descarga tu guía de Menorca!