Si elegimos un día claro para subir al punto más alto de Menorca, El Toro, podremos divisar todo el litoral de la isla. Podemos entretenernos en descubrir la tranquila bahía de Fornells, con sus pequeña velas cruzando sus aguas, el faro de Artrutx, indicando el fin de la isla por el sur-oeste, el extenso arenal blanco de Son Bou, tan diferente de la arena dorada de las playas del norte... hasta nos sorprenderá cuan boscosa es la isla, vista desde los 357 metros de este monte. En lo alto podremos visitar también el santuario de la Mare de Déu del Toro, regentado aún por una comunidad de monjas franciscanas. En el interior del templo se conserva la imagen tallada en madera de la Virgen del Toro, patrona de los menorquines. El interior de la iglesia es de una sola nave, con tres capillas a cada lado. Junto a la iglesia hay una torre de defensa construida a finales del siglo XVI. El perfil del monte Toro se puede ver prácticamente desde todos los municipios de Menorca. Desde su cima se obtiene la mejor panorámica de la isla. Vale la pena visitar el santuario y comer en el restaurante. Los orígenes del santuario se remontan al siglo XIII. Se dice que la imagen de la Virgen fue encontrada en lo alto de la montaña por un grupo de religiosos acompañados por un toro, que les abría paso. Sin embargo, el topónimo Toro deriva de "tor", raíz prerromana, como la palabra catalana turó (monte). Entre 1595 y 1835 fue un monasterio de frailes agustinos. Hoy el santuario está gestionado por un grupo de franciscanas de la Misericordi
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Buen lugar para visitar y ver preciosas vistas de toda la isla